En medio de las polémicas y peleas políticas por las restricciones para Navidad y Año Nuevo que ordenó el gobierno de Italia, cayó como un rayo de la cólera divina el dato de este jueves, un récord absoluto de 993 muertos en 24 horas, el peor desde que comenzó la epidemia de coronavirus en el país, el 21 de febrero. Este viernes se agregaron otros 814 fallecidos y 24.099 contagiados. El total de muertos se eleva a 58.852.
Tras una pausa mal gestionada del verano, que permitió los excesos y las movidas que fueron el combustible de la segunda oleada, iniciada en octubre, es similar la violencia de la difusión del Covid-19. En dos meses murieron más de 20.000 personas.
El 2020 es un año inolvidable que será celebrado en Navidad y las otras fiestas en un ambiente triste y resignado, el peor desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, con un balance que está por superar los 60 mil muertos.
El primer ministro Giuseppe Conte anunció nuevas medidas y advirtió, ante la oleada de reproches que le hicieron llegar algunos presidentes de las regiones, que si no se logra aplanar a la curva epidémica que ha comenzado a bajar, puede sobrevenir una tercera oleada que llegaría en enero con consecuencias tan trágicas como las otras dos que se han vivido.
Los críticos del gobierno lo acusan de castigar en estas fiestas sagradas para los sentimientos italianos los movimientos para viajar a ver parientes y participar de las fiestas familiares. De aplicar un rigor excesivo e inútil. Pero la mayoría está a favor de evitar que los traslados masivos, como ocurrió en el verano, promuevan una peligrosa mayor difusión del virus, que ya está causando sus estragos...
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